La lana es el tejido mas transpirable que puede estar en contacto con la piel de tu bebé. Mucho más que el PUL o el polar, por lo que es ideal para los que buscan el cuidado más delicado y la máxima respiración para la piel de sus hijos. La lana posee de manera natural propiedades termorreguladoras (es cálida en invierno y fresca en verano) y de autolimpieza.
Para sacar el mayor provecho a tu lana sigue estas recomendaciones:
- No es necesario lavar la cubierta después de cada uso. Con orearla es suficiente.
- En caso de necesitar lavarlo, deberás hacerlo a mano con agua a un máximo de 30ºC, usando un detergente específico para lana, puedes encontrarlo en la sección de cuidado de lanas.
- No retorcer ni escurrir el tejido para secarlo. Para eliminar el exceso de agua después del lavado, puedes enrollarlo cuidadosamente en una toalla seca.
- No usar secadora y mantenerlo alejado de las fuentes de calor.
- Terminar de secarlo en una superficie horizontal (no colgarlo ni tenderlo mientras está húmedo).